Rendición inglesa en Buenos Aires

7 de julio de 1807
La necesidad de extender sus dominios coloniales en territorio americano y también romper el cerco económico a su comercio por el control de Napoleón en gran parte del territorio español incluyendo el acceso al Mar Mediterráneo, impulsó al Imperio Británico a invadir Buenos Aires. Esto ocurrió en 1806 y al cabo de 46 días de ocupación se vieron obligados a retirarse por la resistencia criolla integrada por tropas regulares y milicias irregulares, que eran liderada por Santiago de Liniers (marino francés al servicio de España, que cumplía diversas funciones desde unos años atrás) y Martín de Álzaga (comerciante español radicado en el Rio de la Plata).
 
Al retirase se acantonaron en Montevideo que habían tomado previamente y desde ahí, luego de recibir refuerzos partieron en los últimos días de Junio de 1807 a su segundo intento, comenzando éste el 28 de ese mes. Buenos Aires ya estaba alertado al divisar los movimientos de la gran flota militar y mercante inglesa y también militarmente preparado para la defensa, con tropas regulares mejor organizadas (Regimiento de Patricios) y con las milicias irregulares integradas por muchas y muchos habitantes.
 
Lo que los invasores preveían un desfile se transformó rápidamente en violentos enfrentamientos debido a una resistencia fuerte no solo del ejército sino también de los milicianos y vecinos que con distinto armamento y hasta con agua y aceite hirviendo, piedras y todo tipo de material contundente provocaron en los ingleses gran cantidad de bajas en las primeras horas. Al cabo de unos días de combate en la que hubo numerosos muertos y heridos (un 75% de ellos invasores), el comandante inglés John Withelocke se vio obligado el 7 de Julio de 1807 a rendirse. Para ello intentó poner algunas condiciones económicas (el comercio por el Rio de La Plata) que fueron rechazadas y hasta tuvo que aceptar desalojar y retirarse de sus bases en Montevideo, lo que posteriormente le causó desprestigio a su carrera incluido un Consejo de Guerra.
 
 
Muchos de quienes encabezaron o participaron del combate a los invasores tuvieron posteriormente participación política y militar en los acontecimientos previos y posteriores al 25 de Mayo de 1810, como Manuel Belgrano entre muchos otros; Liniers siguió fiel en su lealtad al Reino de España y por esa razón fue ejecutado luego de la Revolución de 1810.
 
Podemos rápidamente sacar dos conclusiones: una es lo fundamental de fuerzas armadas preparadas y un pueblo organizado para preservar la soberanía nacional; la otra es que todo conflicto conlleva un trasfondo económico. En el caso de la primera y segunda invasión inglesa fue el posicionamiento político y militar en Buenos Aires y Montevideo para el control del comercio por el Rio de la Plata y el Paraná, tanto para la introducción de mercancías inglesas como para el saqueo de nuestros recursos naturales.
 
En las décadas siguientes y pese a haberse declarado nuestra independencia, gracias a gobiernos entreguistas que pensaban más en Europa que en nuestro interior ese comercio negativo a nuestros intereses continuó y tuvo nuevos episodios con la usurpación a las Islas Malvinas en 1833 y la batalla de la Vuelta de Obligado contra de la flota anglo francesa en 1845.
 
Y en la actualidad, año 2024, gran parte de los intereses del pueblo argentino siguen atados a esa red fluvial, como lo podemos comprobar con el emporio agroexportador de Vicentín, estafadores de la Nación, que controlan los puertos del Rio Paraná.  
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