Toma del Frigorífico Lisandro de la Torre
14 al 20 de enero

Entre el 14 y el 20 de enero de 1959, se desarrollaron hechos cruciales en la historia argentina: la Toma del Frigorífico “Lisandro de la Torre”. Este importante evento fue el resultado de la decisión del gobierno de Arturo Frondizi de privatizar este emblemático frigorífico en el contexto de un acuerdo con el FMI. Ante la amenaza de perder su fuente de trabajo, los obreros, liderados por Sebastián Borro, se declararon en huelga y ocuparon el establecimiento. Esta resistencia pronto desencadenó un levantamiento popular que se extendió a los barrios cercanos, como Liniers, Villa Luro y Floresta.
El gobierno, que había llegado al poder tras un pacto con Juan Domingo Perón que prometía liberar a presos políticos y mejorar salarios, optó por un rumbo de austeridad caracterizado por despidos masivos y privatizaciones. La privatización del Frigorífico “Lisandro de la Torre” significaba la desnacionalización de un sector que aportaba divisas significativas al Estado. Las instalaciones del frigorífico estaban valuadas en 1.000 millones de pesos de la época, y alrededor de 9.000 obreros trabajaban allí, de los cuales solo 3.000 serían conservados tras la privatización.

El desalojo del frigorífico el 17 de enero fue brutal. Más de 1.500 efectivos policiales, militares y gendarmes, contando con tanques de guerra, atacaron a los trabajadores que defendían el establecimiento. A pesar de la intensa represión, que resultó en un alto costo social y humano —incluyendo al menos un muerto—, los trabajadores opusieron resistencia con acciones audaces y cooperativas.
Durante este periodo, la lucha se extendió más allá del frigorífico, convirtiéndose en una huelga general revolucionaria. La solidaridad popular fue palpable: negocios cerraron en apoyo a los huelguistas y la comunidad se unió para resistir la represión. En todo el país, se lograron paros en ferrocarriles, comercios y actividades portuarias, además de una serie de protestas solidarias.

Sin embargo, las traiciones de ciertos dirigentes gremiales, que se alinearon con la política “integracionista” de Frondizi, erosionaron el movimiento. A pesar de la represión, y con más de 264 detenciones, el conflicto del frigorífico se erige como un hito, donde una nueva generación de jóvenes trabajadores se incorporó a la lucha, con nuevas estrategias de resistencia que marcaron un antes y un después en la historia del movimiento obrero argentino.
John William Cooke, en la proclama de la huelga, expresó claramente la frustración de los trabajadores al advertir que “los ciudadanos no tienen la posibilidad de expresarse democráticamente y deben alternar entre persecuciones policiales y elecciones fraudulentas”. La falta de canales democráticos legitimaba la lucha obrera, destacando que el verdadero culpable de la situación era el gobierno, un legítimo heredero de las oligarquías que habían dominado el país.

Esta gesta no solo simboliza la lucha contra las políticas de privatización y despojo de la soberanía económica, sino que también representa un capítulo crucial en la historia del movimiento obrero y la resistencia peronista, que, como expresó Perón, insiste en la defensa de la patria frente a los intereses coloniales. La Toma del Frigorífico “Lisandro de la Torre” reafirma la importancia de la lucha obrera dentro de un contexto de creciente represión y la necesidad de que el pueblo se alce para salvaguardar sus derechos y su dignidad.
NOTICIAS RELACIONADAS






